martes, 16 de abril de 2024

EN ABRIL, FERIAS MIL (17 de abril de 2024)

 

El Diario Montañés, 17 de abril de 2024

En Cantabria, en abril, ferias sevillanas mil. En este mes los ayuntamientos lucen, en mayor o menor medida, su eclosión primaveral de lunares, faralaes, bulliciosas sevillanas y refrescantes rebujitos. Y desfiles por sus calles, que, sin caballos andaluces, suelen efectuarse en Magdalenos (la verdad, desconozco de dónde salen tantos). Es una costumbre tan alejada de nuestra idiosincrasia (tan sin gracia) que no le resultará difícil al gobierno regional denegar su declaración como fiesta de interés turístico regional, si es que se le ocurre solicitarlo a algún iluminado. Y más ahora, cuando parece que van a endurecer las condiciones para que un evento obtenga esa categoría.

También proliferan las ferias del libro, algo que debería alegrarnos a quienes andamos inmersos en este oficio de apreturas. Mas no. Salvo las tradicionales de Santander, Torrelavega y Santillana, y la primera de Castro Urdiales, que ha tenido un arranque ejemplar en cuanto a organización, actividades y ventas, las que ahora nacen parecen impulsadas por la improvisación antes que por una meditada organización. El libro tiene un delicado ecosistema, integrado por autores, editores, distribuidores, libreros, bibliotecarios y lectores, que nadie debería romper. Si se fractura algún eslabón, el equilibrio peligra. Y ahí puede radicar el problema, porque algunos escritores, tan pagados de sí mismos, prefieren pagar sus creaciones literarias para verlas publicadas, aun sin pasar controles de calidad. Al contrario que Borges, quieren presumir de lo que han escrito antes que de lo que han leído. Costean sus obras, sí, y luego no quieren perder la ocasión de venderlas, sea en romerías o en ferias de poca monta. Y de animar a realizarlas, pues necesitan esos escaparates.

Me lo decía otro editor amigo: quienes las organizan no respetan nada, es como si, para poner en marcha sus congresos, los Colegios de Médicos convocaran a curanderos.


martes, 9 de abril de 2024

PARECIDOS SOSPECHOSOS (10 de abril de 2024)

 

El Diario Montañés, 10 de abril de 2024

«Se parece a Casper, pero no es Casper», advertía mi hija de apenas ocho años cuando entregaba a la maestra una redacción que contaba la amistad entre una niña y un fantasma. Había cambiado ligeramente el argumento, pero la historia era idéntica. Tan pequeña, su copia era un ejercicio de inocencia.

Los adultos, por si acaso, suelen advertir, en películas o en novelas, que «los personajes y hechos retratados son ficticios y que cualquier parecido con personas (vivas o muertas) o con hechos reales es pura coincidencia».

Jorge Luis Borges sabía que por los resquicios de la creación literaria pueden entrar ideas ya manifestadas por otros anteriormente. Por eso no tenía la certeza de que su voz fuese siempre propia; podía ser de «todos los autores que he leído […]». Dejaba claro que ‘nihil novum sub sole’. Gonzalo Torrente Ballester me confesaba en misiva de 1982, ante otra carta mía en la que le comentaba el parecido entre un texto del mejicano Juan José Arreola y otro suyo posterior de ‘Fragmentos de apocalipsis’, que se alegraba «de haberlo ignorado, pues una mínima prudencia me hubiera impedido tratar el mismo tema…».

Así como Borges y Torrente tenían claro que se puede incurrir en parecidos razonables sin pretenderlo, mi hija negaba con ingenuidad su candoroso plagio. Como lo niega la empresa de publicidad desarrolladora de la nueva imagen corporativa de Cantabria Infinita. Cabe decir en su defensa que elaborar logotipos originales es tarea harto complicada, porque existen tantos que casi es imposible concebir alguno diferenciado. Por eso resultan útiles las herramientas de comparación de imágenes que nos ofrece la red. Si no las han empleado, sería incomprensible. Si las han utilizado y han seguido adelante, parecería un engaño.

En cuanto al coste, lo decía Antonio Machado: «Todo necio confunde valor y precio».

martes, 2 de abril de 2024

TURISMO Y SANIDAD (3 de abril de 2024)

 


El Diario Montañés, 3 de abril de 2024. 
Fotografía de Loredo de Javier Cotera@Diario Montanes

Cantabria sigue dando pasos firmes para convertirse en un parque temático de atracciones turísticas. La mayoría de los pueblos ofrecen atractivos para disfrutar de la naturaleza, nuestro mejor patrimonio: marcos enormes, vías ferratas, columpios y bancos colosales, tirolinas, miradores, futuras instalaciones de teleféricos o toboganes… Y aunque no está nada mal, todas esas infraestructuras tienen el problema común de estar construidas en el exterior, lo que nos incita a pasar el tiempo mirando hacia el cielo y suspirando para que ni la lluvia ni las previsiones del delegado territorial de turno de la Aemet nos fastidien el maná de visitantes. Ese sí lo esperamos caído del cielo.

Es cierto que necesitaríamos haber puesto algo por nuestra parte, finalizando de una vez los espacios cubiertos que tanto anunciamos –el MAS, el Archivo Lafuente, el nuevo MUPAC…–y así poder ofrecerle al visitante otras ‘cosas que hacer en Cantabria cuando llueve’. Pero mientras tanto, en cuanto un rayo de sol se atisba a lo lejos, seguimos quejándonos de las previsiones meteorológicas, que nos auguraban una semana santa pasada por agua (buen problema te quitaste de encima, amigo Arteche, porque ahora que Revilla protesta menos, parece que Gema Igual ha decidido tomar su testigo).

Algunos piensan que el cambio climático lo solucionará todo. Quizá tengan esa visión los empresarios que pretenden convertirnos en un calco de Ibiza, construyendo desde Langre a Loredo un gran complejo turístico. Si lo llevan a cabo, habrá ventajas, no lo dudo, pero también podríamos tener problemas similares a los que ya tienen los isleños: alquileres turísticos elevadísimos, superpoblación veraniega y, curiosamente, como consecuencia de todo ello, fuga de profesionales sanitarios.

Como no hay mal que por bien no venga, César Pascual podría librarse de la propia culpa, atribuyéndole al desorden urbanístico su caótica actuación con la Sanidad cántabra.


martes, 26 de marzo de 2024

LA IA, QUIÑONES Y MAÑANES (27 de marzo de 2024)

 

El Diario Montañés, 27 de marzo de 2024

Acabo de participar en unas jornadas sobre Inteligencia Artificial (IA). Para ir preparado, le pedí a mi hijo Darío que investigara cuánto sabe de mí el Chat GPT: «Jesús Herrán Ceballos fue un destacado escritor, investigador y promotor cultural nacido en Santander en 1925 y fallecido en 2016. Su obra literaria se centró, principalmente, en la difusión del folklore y la cultura de Cantabria». Continuaba, con lenguaje retórico y frases reiterativas, ensalzando mis supuestas virtudes. Me gustó, aunque me inquietaba haber nacido apenas doce años después que mi padre… y no digamos estar muerto.

«Pide al Chat GPT información sobre mi faceta de articulista», insistí: «Jesús Herrán Ceballos ha dejado una huella indeleble en el periodismo a través de su destacado trabajo como columnista en ‘El Diario Montañés’. Con una pluma afilada y perspicaz, ha sabido capturar la esencia de los temas que aborda, ofreciendo análisis profundos y reflexiones agudas sobre la realidad local y nacional». Seguían numerosos elogios: «estilo único, rigor informativo, prosa elegante, compromiso ético, valores democráticos…». Me vine arriba.

«No te creas nada» –enfrió mi hijo–. «Dime qué quieres que le pregunte sobre algo que te gustaría haber sido». «Cantautor en la transición», contesté llevado por un impulso disparatado. «Ahí lo tienes»: «Jesús Herrán Ceballos, además de su destacada labor como periodista, se distinguió como cantautor durante la transición democrática española. Su música reflejaba los ideales de libertad y cambio que caracterizaban aquel momento histórico en España». Y continuaba con invenciones como: «letras profundas y emotivas, compromiso democrático, talento artístico, huella significativa…». Todo referido a mí, que no canto ni en la ducha. «Son las exageradas atribuciones de la IA», concluyó Darío.

¿Habrán utilizado la IA para asignar las nuevas responsabilidades a Quiñones y Mañanes?, me pregunté. Por los salarios tan elevados, bien podría haber sido.

martes, 19 de marzo de 2024

EL ACOSO COMO VIOLENCIA (20 de marzo de 2024)

 

El Diario Montañés, 20 de marzo de 2024

Hoy tengo nudos en el entendimiento. No puedo comprender que las amenazas a la libertad de prensa y el espíritu democrático coexistan en una misma persona. Sospecho que si algunos fusionan estas mezclas imposibles es porque parte de la población aplaude los lances autoritarios. «Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar. Idiotas. Que os den», ha advertido a un periódico digital el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, personaje de sol y sombra que actúa como Corleone cuando hace una oferta que no se puede rechazar o como John Dutton cuando ejecuta su propia ley en Yellowstone.

Político que gusto imaginar con un vaso en la mano y los pies sobre la mesa, hilvana los escritos de quien confeccionaba anteriormente los de Aguirre y Cifuentes (y dicen que los de Pecas, el perro de la primera, aunque ella lo desmiente). ¿Será quien influyó en Ayuso para que preguntase en su discurso del día de la mujer por qué no se celebraba ningún día del hombre? Una ocurrencia que corrió como la pólvora, aunque, en tiempos de mentira, política banal, gracejo y etiquetas (‘hashtags’), olvidara el 19 de noviembre.

Mediocres generadores de miedo existen en cualquier ámbito del poder. Hace tiempo, un personajillo regional me citó en su despacho para advertirme que cuidara lo que escribía en este rincón, porque podía volvérseme en contra. Su actitud me ratificó en la idea de que la calidad de una persona se conoce cuando ostenta un cargo.

Otra forma de amenaza es el acoso. Vox ha puesto en marcha una investigación para averiguar si Leticia Díaz lo ha llevado a cabo, precisamente aprovechando su cargo, con una compañera de trabajo. Si se confirma, su partido podrá esgrimir un argumento más cuando intente convencernos de que la violencia no tiene género.

martes, 12 de marzo de 2024

COMIDA ENVASADA Y REFRIGERADA (13 de marzo de 2024)


 El Diario Montañés, 13 de marzo de 2024 ©El Diario Montañés

Me encantaría disponer de un Chat CPT. Podría pedirle que desarrollase mis artículos de opinión, y solo tendría que repasarlos para corregirlos. Pero no. Los días previos les doy mil vueltas a los posibles temas de interés, sobre los que además debo documentarme si pretendo hablar con precisión. Le comentaba esto a mi amigo Chema Zuazo, profesor de Lengua y Literatura en Colindres. «¿Por qué no hablas de los comedores escolares y sus comidas?», me dijo. «Cada vez que hemos estado hospitalizados, lo primero que hacemos al salir es quejarnos del menú. Y no debemos olvidar que una carta similar es la que damos a nuestros niños, con la diferencia de que su periodo de “hospitalización escolar” dura varios años, los más importantes de su vida. Además, los alimentamos con dinero público». 

Recapacité. El tema podría estar de actualidad, ahora que en Cantabria 41 comedores escolares (2.600 alumnos) han estado a punto de quedarse sin servicio a mitad de curso porque la empresa Catering Arcasa SL, matriz de Comer Bien SL, entró en concurso de acreedores. Por fortuna, el problema se resolvió de la noche a la mañana, con la única diferencia –no pequeña– de que la nueva empresa elabora los menús en Vizcaya para servirlos mediante catering, la llamada línea fría, comida envasada y refrigerada, la menos recomendable pero la que más abunda en los colegios españoles. Hay más defectos, claro está. La OCU dice que el 45% de los menús que analizaron en su día (622) estaban desequilibrados, «especialmente cuando se elaboran fuera del centro escolar: demasiadas patatas, croquetas, san jacobos… y pocos huevos y legumbres».

Desconozco si el Chat CTP me proporcionaría estos datos, pero los responsables políticos deberían tenerlos en cuenta, porque son ciertos. Y la buena alimentación de los jóvenes también depende de sus decisiones.


martes, 5 de marzo de 2024

LAS PEONADAS (6 de marzo de 2024)

 

El Diario Montañés, 6 de marzo de 2024. ©El Diario Montañés (Roberto Ruiz)

Los responsables del Servicio Cántabro de Salud, tras descubrir que 1.700 personas han fallecido aguardando en lista de espera sanitaria, intentan averiguar ahora qué tipo de cita tienen pendiente otras 7.000, pues la desconocen. Según datos recientes, Cantabria tiene «18.050 pacientes en espera, con una demora media de 173 días para las intervenciones quirúrgicas, 90 para las consultas y 110 para las pruebas». Cifras intolerables.

La varita mágica que rebaje estos plazos es la misma para todos los dirigentes políticos, con independencia de su signo ideológico: apostar por las peonadas. Y no actuar, como denuncia la Coordinadora Anti-Privatización de la Sanidad Pública de Madrid, corrigiendo «la mala gestión de los recursos, el déficit de plantillas… o los intereses corporativos y económicos de algunos profesionales».

Personalmente mantengo que las peonadas rebajan la calidad de la atención al paciente, pues el cirujano está más fatigado si tiene que intervenir mañana y tarde; que los hospitales privados a los que se desvían ciertas operaciones están peor dotados técnicamente, con lo que son menores las posibilidades de reaccionar ante una complicación quirúrgica; que ahondan en el paro y la emigración de los jóvenes médicos… y, lo que es peor, que su utilización indiscriminada puede engordar el bolsillo de algunos sin adelgazar las listas de espera. Al menos eficientemente.

Aún no se contempla, pero no estaría mal que el testamento vital también nos permitiera elegir cómo y dónde ser intervenidos, para evitar en lo posible el peligro de toparnos con facultativos agotados. Por cierto, en Cantabria no conviene descuidarse en lo del testamento, pues la funcionaria encargada de los trámites está sobrepasada por el trabajo y quienes pretenden hacerlo deben esperar la cita durante más de un mes.

Lo más fácil sería ponerle un ayudante, pero es posible que los gestores prefieran que realice peonadas.